martes, 20 de julio de 2010

Como muchos, no leo de todo. Astrofísica pura, por ejemplo, nunca ha sido el tema central de ninguno de los libros que leí...si bien, constelaciones amorosas se relataron en muchos de ellos y yo los leí con verdadero gusto.
Historiales clínicos...éstos lamentablemente no se leen, se sufren. Y esto es precisamente lo que me causó "De todo lo visible y lo invisble" sufrimiento.
Lo dije en Abril, y me mantengo. Lo recomiendo.
A mi, leer para quedarme indiferente, no me gusta, para eso el papel couché hace una gran labor.
Alteración de la psique y sacudida de pensamientos, libros que te cambian la perspectiva y te quitan las ganas de comer. Libros que tienes que acabar antes de empezar el siguiente que ya no aguanta más en la balda.

Tiempo ha desde que terminé "De todo lo visible y lo invisible" y por eso nombraba los historiales clínicos, el de Ruth ha sido uno de los pocos que me ha encantado leer y por el que le estoy muy agradecida a L. Etxebarria.

A esta novela le han seguido unas cuantas como: "El caballero de la armadura oxidada", "Quisiera que alguien me esperara en algún lugar", "Rapsodia Gourmet", "Seda", "La Historia Interminable"

Cada cual me ha encuadrado en distintas situaciones...como por ejemplo, unos cuantos viajes a Japón por tierra y mar (claro, es que cualquiera dice que no a los Urales), unos banquetes de impresión a las tantas de la madrugada aprendiendo a afinar el paladar, unas cuantas dosis de realismo y muchas ganas de ser hermana de Bastian (de esto último, muchísimas ganas).

Bueno, al comienzo he dicho que no leía de todo...aunque hoy justo me dio por la astrofísica y leí un artículo muy interesante sobre higgs...En realidad, lo más correcto sería decir que no me gusta leer de todo, porque de todo no entiendo, pero es cierto, que con el mero hecho de leer disfruto...a fuerza de leer quizá algún día me atreva con Hopkins.

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