martes, 12 de julio de 2011

Midnight in Paris



Vuelve el antiguo Allen, esta vez reencarnado en Owen Wilson. Sus pantalones de pana, su tweed y su tartamudez se pasean por las calles de París. Sí, vuelve a rodar en el viejo continente haciendo más nostálgica, aún si cabe, esta ciudad, gracias a una exquisita fotografía, iluminación y por supuesto, banda sonora (Bistro Fada, Stephane Wrembel)

La carroza de Cenicienta se vuelve calabaza a las 00.00….sin embargo, el baile empieza para Gil (Owen Wilson) en este momento de la noche, en alguna calle del barrio Latino sobre un Rolls Royce del XIX.

Así, Woody hace partícipe al espectador de un magnífico salto en el tiempo. Años 20, champagne, jazz, cabellos ondulados y Let’s do it (Cole Porter) dan la bienvenida a una fiesta con Scott y Zelda Fitzgerald, más tarde a una tertulia con Dalí, Buñuel y Man Ray. El neoyorkino nos invita a un absenta con Hemingway y nos da paso al apartamento de Gertrude Stein y Picasso.

No es de extrañar, que la magnífica derrière de Inez (Rachel McAdams) quede relegada a un segundo plano. Es difícil combinar la estupidez con el buen gusto y unas horas con la bohemia parisina bastan para decidir quedarse en la época y vivir como un escritor del momento, enamorado de una magnífica musa, Adriana (Marion Cotillard).

Cualquier tiempo pasado fue mejor, así lo piensa Woody Allen y así lo interpreta Owen Wilson…Midnight in Paris, un auténtico Joie de vivre.

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