domingo, 17 de julio de 2011

Si B. y E. fuesen estudiantes en Hogwarts:

El sombrero seleccionador lo tendría complicado, directamente, hay mucho que leer. Harry no se lo puso ni la mitad de difícil que lo tendría con B. y E.

Las lechuzas de B. y E. hubiesen muerto por extenuación, se enviarían cartas por el simple hecho de escribir en un pergamino de diferente calidad y color aunque durmiesen en la misma habitación.

B. echaría el ojo a algún chungo de Slytherin (potencialmente atractivo) y pasaría del buenazo de Hufflepuff (potencialmente, lo que cualquier madre quisiera para su hija)

E. no echaría el ojo a ningún chungo de Slytherin, buscaría al vintage del que se enamoró en el mundo muggle.

B. y E. no tendrían una escoba, directamente revolucionarían el mercado mago con una vespa roja voladora.

B. y E. saldrían de fiesta en el ala oeste del castillo donde se encontrarían a los que se suponen tendrían que estar en el ala este (esto sucedería la única noche que Dumbledore trajese a "The Baseballs" transportados gracias a los polvos flu)

B. y E. odiarían a Hermione, por sabelotodo.

B. sufriría una dosis de felicidad plena al atravesar el callejón Diagon.

E. sería fan de Dumbledore por permitir esos magníficos desayunos en los que "lo importante es empezar bien la mañana"

En el dramático caso de que B. y E. tuviesen que salvar el mundo matando a Voldemort, sería una perdición, se lo pasarían demasiado bien a golpe de varita.

En definitiva, B. y E. quieren subirse al Hogwarts Express.

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